El sufrimiento humano

El sufrimiento humano

   

Hay momentos en la vida en donde el sufrimiento ha querido devorar el corazón y los pensamientos. Es duro cuando tenemos situaciones donde el sufrimiento nos cautiva y no podemos ver un alivio o una salida ante una situación tan difícil. Algunas de las causas de nuestro sufrimiento pueden ser el abandono, la perdida, la enfermedad, la escasez, la culpa he inclusive la muerte misma. Creo que en cuanto al tema del sufrimiento humano la pregunta no es ¿sufrimos? mas bien ¿por qué sufrimos y cómo abordamos el sufrimiento? Estas son preguntas que debemos mantener latentes pues con la evasión de la reflexión y las conversaciones no se trabaja el problema.

Evitar el sufrimiento

     Existe un mito social en cuanto a el sufrimiento y la muerte se refiere. De alguna manera evitamos dialogar con nuestras familias sobre esto y así pensamos que evitaremos a toda costa el sufrimiento humano. No obstante, nada esta más alejado de la verdad pues a medida que evitamos temas de tal relevancia se convierte una sombra que nos persigue ya que estamos reprimiendo estos pensamientos y sentimientos. 

     Cuando somos personas que practicamos la fe y la espiritualidad vienen otras interrogantes ya que incluimos nuestra fe en nuestra existencia y deseamos llenar estas lagunas con significados. Si Dios existe, ¿por qué las personas sufren? Si Dios es bueno, ¿por qué a las personas le suceden cosas malas? Preguntas como estas en gran parte de las ocasiones nos dejan sin palabras.

Diferencia entre dolor y sufrimiento 

     Existe una diferencia significativa entre el dolor y el sufrimiento. No todas las personas que están sufriendo sienten dolor y no todas las personas que tienen dolor están sufriendo. El dolor según Bayes (1998) se puede identificar como una percepción desagradable ya sea sensorial o psicosocial. Es el sufrimiento cuando esta percepción desagradable esta reforzada por una amenaza a la existencia o integridad de una persona y se carece de recursos para afrontar dicha percepción.

El dolor y la filosofía Tomista

     Por otro lado, desde la filosofía Tomista, Torralba (2007), describe el dolor como un proceso en donde el ser alcanza el bien y este permanece en privación. En esta privación esta el mal y la percepción del mal es el dolor. Cabe resaltar que el mal en la filosofía Tomista el mal no tiene un carácter ontológico, es decir es solo una privación del bien. En esta filosofía, el mal es un ente de razón, pero no una realidad.  Por consiguiente, el sufrimiento no radica en si mismo, sino radica en la existencia del bien.

La fe en el sufrimiento 

   Ahora bien, podemos conocer algunos términos que nos ayuden a conceptualizar el dolor y el sufrimiento en perspectivas filosóficas y psicológicas. No obstante, ¿qué hacemos cuando el sufrimiento nos invade y empuja nuestra fe al borde del precipicio? ¿Qué hacemos cuando sentimos que el sentido de nuestra existencia se desborda? Partiendo de la fe, creo que en esta dimensión es la Palabra de Dios la que tiene el poder de ofrecer una esperanza y entendimiento.

     Algunos se han preguntado “Si Dios es bueno ¿por qué las personas sufren? Como respuesta en una línea de teodicea. Algunos con la mejor intención de defender la bondad de Dios argumentan que Dios no tienen nada que ver con el sufrimiento humano, que es este en ultima instancia una consecuencia del pecado de la humanidad. Sí partimos de esta postura, estamos cruzando una frontera del teísmo al deísmo. Pues es este último quien proclama un creador de seres y leyes que una vez creadas no interviene en la historia de estas.

     Por otro lado, es difícil concebir a un Dios bondadoso y piadoso que permita el sufrimiento, lo sé. Erasmo en una respuesta a el cuestionamiento sobre el sufrimiento dijo: “dejemos que Dios sea bueno” no obstante, Martín Lutero como su respuesta dijo: “Dejemos que Dios sea Dios”. Esta última declaración abarca que Dios es soberano y que es aun soberano detrás de nuestro dilema y en nuestro dilema (Sproul, 2010).

El sufrimiento, ¿una vocación divina?

     Desde un plano podemos identificar a un Dios que esta al tanto de nuestro sufrimiento y que de alguna manera permite que pasemos por el sufrimiento para que este forme el carácter de Cristo en nosotros. Ahora bien, cuando observamos historias de personas de la Biblia como el apóstol Pablo y el mismo Jesucristo nos damos cuenta de que mas allá de que Dios permite el sufrimiento es que es este en última instancia es una vocación. Sproul (2010) identifica el sufrimiento como una vocación divina.

     Entender esto es muy complicado, es más, Dios conoce nuestros dilemas, nuestros sufrimientos y su invitación es que miremos el sufrimiento desde una nueva optima, una óptica que no carece de significado. Gran parte de los autores sobre este tema es que el sufrimiento es inseparable de la vida. No hay vida sin sufrimiento y no hay sufrimiento sin vida. Como dijo Frankl (1959), “en alguna manera, el sufrimiento cesa en el momento en que se encuentra el significado, el sacrificio puede ser el significado”. Cuando miramos a la cruz observamos una victima-victoriosa. Es Jesucristo brindado significado a todas nuestras vidas a través del sufrimiento.

Referencias:

Bayes, R. (1998). Psicología del sufrimiento y de la muerte. Anuario de Psicología, 29(4), 5-17. Frankl, V. (1959).

Man’s Search for Meaning. Beacon Press

Sproul, R.C. (2010). Sorprendido por el sufrimiento:  El rol del dolor y la muerte en la vida cristiana. Reformation Trust Publishing

Torralba, F. (2007). Aproximación a la esencia del sufrimiento. An. Sist. Sanit. Navar, 30 (3), 23-37.

 

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