La paradoja de la felicidad

La paradoja de la felicidad

      La felicidad es un concepto universal del cual todos la deseamos con sus distintos sabores y matices. Ahora bien, hay un camino complejo en identificar el significado de la felicidad, los medios para alcanzarla y su finalidad. Las disciplinas como la filosofía, la religión, la ciencia y el arte hacen intentos para describirla y es claro que no siempre hay un consenso. Esto indica que si deseas ser feliz hay una asignación y responsabilidad de estudiar la felicidad porque de lo contrario es posible que se desee una felicidad que no se conoce; y si no se conoce no se posee. En uno de mis escritos hablé sobre el sufrimiento humano y su impacto sobre la vida. No hay vida sin sufrimiento pues el sufrimiento es parte de esta. Entonces, las preguntas importantes son: 

Una filosofía de la felicidad

        Algunos consideran que la felicidad es un estado de ánimo placentero; otros la identifican como una sensación profunda de bienestar y realización. Por otro lado, ¿será que la felicidad es un estado utópico como decía Freud? Para Aristóteles la felicidad era el fin natural y último de todas las acciones sensatas (Tejedor, 2014). A esta visión ética de la felicidad se le llama eudaimonismo. Por otro lado, vemos al hedonismo, un concepto trabajado muy bien por Epicuro. El Hedonismo se identifica como la doctrina basada en alcanzar el placer y evitar el mal y el sufrimiento. Como es de notar ambos conceptos abarcan la felicidad en dos paradigmas distintos. El primero, desde un paradigma teleológico en donde la felicidad es un fin. El segundo, desde un paradigma utilitarista en donde la felicidad es lo que importa.

Una ética de la felicidad

     El filósofo alemán, Immanuel Kant presentó que la felicidad está claramente sujeta a una ética deontológica. Según Kant, el ser humano hace lo correcto por que es su deber independientemente de sus consecuencias. Esta rama de la ética es muy diferente al utilitarismo en donde se hace lo que es útil y práctico, no lo que se debe. Es evidente, luego de pasear en estos conceptos la correlación que guarda la ética con la felicidad.

Felicidad y psicología positiva

      La psicología positiva ha estudiado la felicidad a través del concepto de bienestar o “well-being”. Dentro del bienestar se considera el bienestar hedónico y el bienestar eudaimónico (Delle et al., 2010). El bienestar hedónico se considera como la “felicidad diaria” que incluye los estados de ánimo, las emociones y la satisfacción por la vida. Por otro lado, el bienestar eudaimónico es distinto al primero pues este considera otras variables como el significado y propósito de la vida en conjunto con los recursos y habilidades para alcanzarlos. Como pueden notar el primero tiene su enfoque en los estados presentes de emociones y el segundo en los fines y propósitos.

     La paradoja de la felicidad

     Luego de tomar una ruta panorámica en la búsqueda del significado de la felicidad, parece que hay un reto en aplicar una metodología para ser feliz. Creo que muchos buscan fórmulas para alcanzar la felicidad. En esa búsqueda, algunos piensan que la felicidad es intrínseca a la naturaleza humana, es decir que ya está adentro de nosotros y solo hay que encontrarla. Además, otros presentan un dilema al no poder reconciliar la felicidad con un estado de dolor y sufrimiento ante las circunstancias de la vida. Entonces en esos precisos momentos que se hace evidente la paradoja de la felicidad.

      Cuando hablamos sobre una paradoja nos referimos a una paradoja retórica el cual se refiere a ideas que parecen que están en oposición sin embargo no lo están. Según Angela Duckworth, el predictor número uno de la felicidad es la amistad. Además, estudios indican que la felicidad está altamente correlacionada con la actitud de gratitud. Parece indicar que la paradoja de la felicidad es que mientras más se busca a la felicidad menos probabilidad hay de que se encuentre. Pareciera que la felicidad es la consecuencia de practicar la gratitud y mantener sistemas de relaciones sostenidas en amistad. Claro está, estas son correlaciones de las cuales no se pueden totalizar o presentar las causas directas de la felicidad, sin embargo, nos apuntan a una fuerte evidencia. En esta búsqueda es indispensable para mi considerar la espiritualidad cristiana, me pregunto, ¿es deseo de Dios que seamos felices? ¿es la felicidad un capricho humano en donde encontramos justificaciones para gratificaciones inmediatas?

La felicidad según la fe cristiana

      La espiritualidad cristiana ofrece una respuesta sobre la felicidad y el medio para alcanzarla. En el Salmo 1 el autor ofrece una lista detallada para alcanzar el ésher, palabra hebrea para identificar la felicidad y la dicha (Strong, 2002). El salmista afirma:      

Salmo 1

Feliz el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni va por el camino de los pecadores, ni hace causa común con los que se burlan de Dios, sino que pone su amor en la ley del Señor y en ella medita noche y día. Ese hombre es como un árbol plantado a la orilla de un río, que da su fruto a su tiempo y jamás se marchitan sus hojas. ¡Todo lo que hace, le sale bien! Con los malvados no pasa lo mismo, pues son como paja que se lleva el viento. Por eso los malvados caerán bajo el juicio de Dios y no tendrán parte en la comunidad de los justos. El Señor cuida el camino de los justos, pero el camino de los malos lleva al desastre.

     Queda evidente que, para la fe cristiana, es feliz aquella persona que conoce la voluntad de Dios y camina hacia ella. En mi opinión, es una felicidad basada en la virtud. La virtud son acciones sensatas basadas en el razonamiento. Sin embargo, la diferencia es que es una virtud que no es intrínseca a la naturaleza humana porque es revela como un acto de gracia departe de Dios. Finalmente vemos la paradoja de la felicidad, seguir la voluntad de Dios es la virtud mayor y en ese camino ser feliz es inevitable.

Referencias:

Delle Fave, A., Brdar, I., Freire, T., Vella-Brodrick, D., & Wissing, M. P. (2010).  The Eudaimonic and Hedonic Components of Happiness: Qualitative and Quantitative Findings. Social Indicators Research, 100(2), 185–207.

Dios habla hoy, Salmo 1.

Margot, JP. (2007). La felicidad. Praxis Filosófica, 25, 55-79.

Tejedor, C. (2014). La teología moral en Kant: sobre virtud y felicidad. Revista de filosofía Factótum, 11, 81-87. Strong, J. (2002) Nueva concordancia Strong. Grupo Nelson.

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